My highlights, in Spanish:
Antropología por demanda. Un proyecto histórico alternativo y disfuncional al capital. Disponibilidad del antropólogo para ser interpelado por comunidades y pueblos que le colocan su “demanda” y permiten que su “ciencia” obtenga un lugar y una razón en el camino del presente. Posibilitar que nos conozcamos en la mirada del otro, permitir que su mirada nos alcance, e inclusive que abra juicio sobre nosotros.
La reflexividad pasó a ser teorizada, se inscribió en el discurso y se hizo método. Narradores, más que productores de conocimiento.
Una antropología supeditada a la demanda de los que anteriormente habían sido objeto de nuestra observación, atenta e interpelada por lo que esos sujetos nos solicitan como conocimiento válido que pueda servirles par acceder a un bienestar mayor, a recursos y, sobre todo, a la comprensión de sus propios problemas.
Interpretaciones y datos que necesiten para diseñar sus proyectos y, especialmente, vocabularios para la construcción de retóricas que sustenten sus metas históricas de continuidad de su inserción en el mundo como pueblos y comunidades, con soberanía y relativa autonomía alimentar, mercados locales y regionales y un cosmos propio.
Antropología litigante, vocacionalmente emparentada con el campo de la justicia. Las luchas de los pueblos y el movimiento de la sociedad, la disputa epistémica dentro de la propia disciplina.
La “neutralidad” disciplinar es un gran equívoco que ignora que el quehacer de una ciencia social se compone de dos momentos que no pueden fundirse: elección de la perpectiva teórica que orientará la búsqueda del investigador, arbitratio, orientado por metas, valores e ideas de lo que se cree y de lo que no se cree relevante iluminar, se delimita el contexto y se formulan preguntar por los hechos y relaciones. Un segundo momento, observación objetiva de los eventos y relaciones que ocurren en ese “campo”. En el primer momento su posición es plenamente política.
Tiene que dirigirse al mundo, a los temas epocales, y utilizar su caja de herramientas, su oficio de etnógrafo, para responder las preguntas de su tiempo y frecuntar los edbates de su mundo. Colocar sus conocimientos, capacidad de escucha etnográfica y habilidad interpretativa a disposición de las comunidades y pueblos que lo consultan y le solicitan que colabore en la construcción de argumentos capaces de defender su marcha por un camino histórico propio. Los pueblos en la era de los Derechos Humanos han entendido que no son especímenes bajo la lupa ni necesitan de portavoces.
Raza es la idea-eje de la sociología de la colonialidad, y la Conquista el pivot de la historia. Raza remite al horizonte que habitamos, marcado por el evento fundacional de la Conquista, y permite reconstruir el hilo de las memorias intervenidas por las múltiples censuras de la colonialidad, mientras la clase oblitera ese horizonte, lo enmascara y hasta lo forclusa, induciendo así el olvido de quines somos y a la ignorancia de los ríos de sangre que manchan el suelo que pisamos hasta hoy, conduciéndonos al equívoco de que es posible pensar de la misma forma desde el Norte y desde el Sur. La raza es un producto de la estrategia racista del expropiador.